La película dura dos horas y media, en ella aparece desde un baboso tutor con aficiones masoquistas hasta una hacker punk que carga con un trauma infantil, pasando por una familia de una muy buena reputación.
Quizás el objetivo de esta película de Stieg Larsson fuera sacar a la luz el sucio pasado de un país, Suecia. Importa poco que el protagonista, periodista de izquierdas y una especie de detective de Larsson, pierda frente a la hacker que lo acompaña en sus investigaciones, y que la película tenga varios finales falsos. Es una película totalmente psicológica y muy intrigante.